A lo largo del día laboral o estudiantil se experimentan distintas funciones, papeleos, trabajos, etc. Actividades que suponen un desgaste emocional y que pueden acabar resultando insatisfactorias. Debido a esto no es de extrañar que aparezca la tendencia natural a evadirse (fantasía), pero la realidad es esa: Una persona necesita hacerlas para cumplir con una serie de obligaciones que aunque no sean de su agrado es prudente llevarlas a cabo.

Fantasía, vehículo para evadirse de la realidad


¿Evadirse de la realidad es prudente?

El constante hacer de actividades que no suponen motivación puede acabar generando la necesidad de evadirse hacia la fantasía frente a las obligaciones propias de conseguir un salario mes a mes o cumplir con otras imposiciones de la realidad. Esto pone de manifiesto la necesidad de las personas de encontrar actividades en las que se sientan llenas o donde busquen un sentido a la tarea que realizan.

¿Qué pasa si la necesidad de evadirse de la realidad aumenta la fantasía?

La distinción entre la realidad, sobre todo de la fantasía y las actividades que apartan a una persona de ella, marcan un fino margen de acción entre la evitación y el disfrute.

Puede haber muchas razones que hagan que una persona trate de evadirse de la realidad hacia la fantasía, aunque la incomodidad, el malestar y la sensación de obligación podrían englobarse dentro de las más relevantes al respecto. Ej: Una discusión de pareja en casa. Uno de los dos miembros sale y va a ver una película al cine. Con esta acción una persona consigue distraerse de la situación (que no supone algo negativo en sí), pero si después no pone medios para solucionar su realidad y se acostumbra a ir al cine cada vez que hay un problema, este se apacigua pero no se ve modificado.

«El realismo también ayuda a canalizar la fantasía y evadirse»

La realidad ante la fantasía exige esfuerzo prudente, dedicación, planificación para poder gestionar los distintos problemas que puedan ir surgiendo a lo largo del día. Con esto no quiero achacar que encontrar una forma alternativa de sentirse mejor sea algo negativo, ya que puede ayudar a liberarse de la carga durante un momento, eso sí, sin que eso suponga la procastinación o el delegar responsabilidades por miedo al conflicto o la pereza.

«La fantasía, vehículo de placer momentáneo de la realidad para evadirse»

hombre mirando a un horizonte fantástico

La fantasía frente a la realidad puede ser un vehículo de conexión con algo que ayude a evadirse fuera del mundo real. Las películas y los libros pueden llevar a lugares entrañables, a aventuras inolvidables, a la creación de un mundo utópico en el que recrearnos, siempre y cuando esa fantasía alternativa no camufle los deberías necesarios de la realidad, además de las relaciones con otras personas.

«Evadirse de la realidad es sano siempre y cuando no camufle la realidad»

Tan bueno y prudente es tener hobbis y fantasía como saber qué es importante en cada momento; la realidad ayuda a aprender a afrontar las necesidades y verlas satisfechas a través del propio esfuerzo personal. Mientras sepamos distinguir y saber dónde me encuentro entre la fantasía y la realidad, y sobre todo, saber qué es más importante, no ha de suponer un problema viajar a intervalos a través de nuestra propia imaginación.

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Evadirse de la realidad-Fantasía

Evadirse de la realidad es un concepto que a menudo nos resulta familiar. En momentos de estrés, ansiedad o incluso aburrimiento, muchos de nosotros buscamos formas de escapar de la realidad. Esta evasión puede manifestarse de diversas maneras y puede influir en nuestra salud mental y emocional.

«Evadirse en exceso de la realidad puede tener que ver con ansiedad, estrés, o situaciones difíciles»

Evadirse de la realidad de la realidad puede ser tanto un mecanismo de defensa como una vía de escape temporal. Cuando nos sentimos abrumados por situaciones difíciles, es natural buscar un respiro. Algunas personas pueden recurrir a actividades como ver películas, leer novelas, jugar videojuegos o sumergirse en las redes sociales para desconectar momentáneamente de las preocupaciones cotidianas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la evasión excesiva o constante de la realidad puede tener consecuencias negativas. Puede convertirse en una forma poco saludable de afrontar los problemas, ya que pospone el enfrentamiento de las dificultades en lugar de abordarlas de manera efectiva.

«Conocerse ayuda a saber qué necesitamos»

La psicología reconoce que un equilibrio entre la evasión saludable y el enfrentamiento activo es fundamental. En ocasiones, evadirse de la realidad puede proporcionar un breve alivio del estrés, pero es esencial combinarlo con estrategias que aborden las preocupaciones de manera constructiva. La evasión excesiva puede llevar a la procrastinación, la negación de problemas y la falta de crecimiento personal.

«Evadirse en exceso de la realidad puede conllevar problemas relacionados con la procastinación y falta de crecimiento personal»

En resumen, evadirse de la realidad es una experiencia común que todos enfrentamos en momentos de estrés, pero es importante usarla de manera equilibrada. Combina la evasión ocasional con el enfrentamiento activo de tus preocupaciones para garantizar un enfoque saludable en tu bienestar emocional y tu desarrollo personal.

Ayuda profesional

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…y lo que me hace levantarme por las mañanas sigue siendo la espera de lo que está por llegar y no se anuncia, es la espera de lo inesperado, y no ceso de fantasear con lo que ha de venir

Javier Marías (1951-presente)


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